Bº Borrancho s/nº, 39110, Soto de la Marina, Cantabria · info@fotoglass.es

LUZ ULTRAVIOLETA C:UN ARMA PODEROSA CONTRA EL BIOTERRORISMO

Leer la palabra bioterrorismo puede hacernos pensar en películas americanas donde las mayores catástrofes ocurren para que el héroe de turno lo solucione y todo vuelva a la normalidad, aprendiendo una valiosa lección por el camino. Pero, el bioterrorismo no es ciencia ficción, existe y la población ya hemos sufrido más de un ataque.

¿Pero… qué se entiende por bioterrorismo?

El bioterrorismo es el uso de agentes biológicos, virus, bacterias, hongos o sus toxinas, para llevar a cabo un ataque a una población con el fin de hacer el mayor daño posible sobre su salud, conduciendo incluso a la muerte, normalmente con una motivación política, religiosa, ideológica o criminal. Es un ataque silencioso, sus principales vías de dispersión son el aire o el agua de consumo, de bajo coste y de gran impacto ya que puede afectar a un gran número de personas a la vez.

El bioterrorismo no es un concepto actual, ya en la antigüedad se han dado casos de este tipo de ataques. Los persas, romanos y griegos, arrojaban cadáveres de animales a los pozos de agua de consumo de sus enemigos, aún sin tener la menor idea de que era un microorganismo patógeno, tenían la certeza de que aquello provocaba que sus contrarios enfermasen. Durante la guerra de independencia de Estados Unidos, las tribus de nativos americanos fueron diezmadas por una contaminación intencionada con ropa infectada con viruela.

Existe una gran lista de posibles agentes biológicos candidatos para este tipo de ataques, la más conocida quizás sea el ántrax, enfermedad provocada por la bacteria Bacillus anthracis y sus esporas, la erradicada Viruela (de la que se mantienen reservorios controlados), Yersinia pestis, causante de la Peste y un sinfín de microorganismos capaces de resistir en condiciones ambientales (temperatura, humedad) y provocar enfermedad.

El último ataque reconocido fue en 2001, cuando el principal sospechoso hasta la fecha, un reputado microbiólogo que trabajaba en la vacuna del ántrax en el Instituto Militar para el estudio de enfermedades infecciosas estadounidense, que tras ser descubierto se suicidaría, colocó deliberadamente esporas de ántrax en cartas que se enviaron a medios de comunicación y senadores americanos; 22 personas se infectaron, provocando una enfermedad respiratoria, mortal en 5 de ellas. Ese mismo año, hubo una serie de amenazas en edificios gubernamentales canadienses que provocaron la evacuación y cierre de los espacios hasta comprobar que todo era una falsa alarma.

Pero la pregunta sería, ¿puede volver a ocurrir? Dada la situación actual, sabemos que cualquier cosa puede pasar, de manera súbita y que debemos estar preparados. La prevención es nuestra mejor arma ante lo desconocido.

Ante un hipotético bioataque, los estudios señalan que lo más eficiente sería realizar contaminaciones en la distribución del agua de consumo o aerosolizando patógenos en los sistemas de ventilación de los edificios especialmente gubernamentales, plantas de energía, escuelas o centros comerciales.

Por ello, se deben implementar sistemas de contención, como el control de la accesibilidad solo a personal autorizado, cámaras de seguridad, accesos bajo llave para dificultar al máximo la posibilidad de dispersión. Pero estas medidas físicas pueden fallar; por tanto, lo más aconsejable es tener, además, sistemas que permitan la erradicación de los agentes biológicos, como filtros, agentes desinfectantes o sistemas germicidas con ultravioleta C.

La luz ultravioleta tipo C, es conocida desde hace décadas por su capacidad en la inactivación de microorganismos al dañar su material genético. Su uso está muy extendido como contención frente a infecciones en ambientes sanitarios, industrias alimentarias, transportes, tanto para superficies como integrados en los sistemas de circulación de aire. Como arma, frente a un posible acto de bioterrorismo, presenta ciertas ventajas frente al resto de los sistemas:

  • Es de amplio espectro, no hay patógeno que se le resista por lo que no es necesario conocer qué tipo específico de microorganismo es para buscar una solución a medida;

  • Es ecológico, no produce ningún resto contaminante;

  • Es polivalente, ya que funciona tanto en la desinfección de aire como de agua;

  • Es económico y rápido, consigue inactivar a los patógenos en pocos segundos o como mucho, minutos y puede colocarse en puntos en los que solo pocas personas tengan acceso y conozca de su localización

Es, en definitiva, un arma estratégica ante un bioataque.

Debemos estar preparados ante cualquier situación y armarnos con todo aquello que pueda suponer una traba para que los “malos” no consigan causarnos daño.

Conseguir espacios con altos niveles de bioseguridad no debe ser un reto: debe ser una realidad.

VERÓNICA VIDAL

Responsable de Biodosimetría e Innovación - FOTOGLASS


FOTOGLASS es una empresa líder en bio-óptica que combina la óptica física y la biomedicina. Su actividad se centra en el uso de la luz como herramienta para resolver problemas en un entorno vivo, como la inactivación de patógenos por ultravioleta C, la capacidad de discernir con exactitud entre tejido tumoral y no tumoral por tecnología nanoplasmónica, el uso de cromatografía dentro la alimentación o la creación de textiles inteligentes. Colabora con el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y la Universidad de Cantabria. Para más info: https://www.fotoglass.es