Los establecimientos hoteleros se han convertido en  laboratorios de ideas para crear nuevos protocolos y propuestas ante la amenaza del COVID. Muchos de ellos han apostado por la tecnología en la experiencia del cliente consiguiendo así eliminar muchas de las amenazas que provoca el virus.

Entre las medidas más habituales tomadas en los hoteles destacan las mascarillas para todos los empleados, los dispensadores de gel desinfectante en todas las áreas comunes, mamparas de plástico en recepción, señalizaciones y marcas que orientan sobre el distanciamiento, eliminación de los buffets y de las cartas impresas y los grifos sin contacto. Y, por supuesto, el porcentaje de ocupación también ha entrado a jugar en este escenario.

Pero la realidad es que el COVID nos ha enseñado que no solo se trata de adaptar los hoteles para luchar contra el/los virus sino que necesitamos diseñarlos y rediseñarlos teniendo en cuenta esta nueva variable: los riesgos de infección.

En la actualidad se están desarrollando multitud de dispositivos de desinfección por luz ultravioleta para desinfección UVC de aire, superficies y conducciones. Sin embargo, su uso en hoteles ha de ser validado ya que no todos los equipamientos cumplen su eficiencia en cualquier espacio: es necesario analizarlos para el caso concreto o diseñarlos a medida para unas condiciones particulares. Por ejemplo, en la desinfección de superficies grandes, tipo habitaciones, cada aparato tendrá su efectividad en función de varios parámetros: potencia y diagrama de radiación, disposición del mobiliario, capacidad estática/dinámica del aparato, entre otras.

Estos problemas afectan en menor medida si hablamos de la desinfección del aire. La desinfección del aire es un concepto que el sector hotelero debiera incorporar para generar espacios libres de bacterias, gérmenes y virus.

En Fotoglass estamos validando equipamientos de diferentes fabricantes de dispositivos UVC para desinfección de aire a través del estudio del efecto directo sobre patógenos.